La empresa privada de guardado de valores INGOT, que nació en 2019 y hoy ya cuenta con más de 3.500 clientes, cerrará 2022 con un crecimiento anual de 35% y seis sucursales, cuatro en Buenos Aires (Casa Central -Av. Corrientes 629-, Nordelta, Flores y Quilmes), una en Córdoba y otra en Punta del Este, en tanto que planea abrir cuatro locales más el próximo año, en Thays Parque Leloir, Mendoza, Salta y Neuquén.
“En un contexto de tendencia global en la que los bancos están cerrando sus cajas de seguridad, básicamente porque aquéllos están volviéndose virtuales y el guardado de valores es necesariamente presencial, hay un gran potencial de crecimiento para este tipo de empresas de resguardo”, aseguró Ingot.
“Las cajas de seguridad ‘no bancarias’ son una tendencia internacional. En Estados Unidos, por ejemplo, 50% está fuera del circuito bancario, y hay más de 2.300 bóvedas robotizadas en el mundo. En Argentina, se estima que hay unas 800.000 cajas de seguridad y, dada la demanda actual, están aumentando la oferta las empresas no bancarias”, revelaron en la compañía.
También destacaron que “mientras en el país, 70% de los clientes aún guarda dinero, en el mundo el porcentaje mayor está destinado al guardado de materiales como joyas, escrituras, obras de arte, entre otros”.
Un diferencial de las cajas privadas es también la disponibilidad todos los días del año versus el horario bancario, que limita las operaciones del cliente.
“Siguiendo la tendencia internacional, ofrecemos un servicio innovador en el que seguridad, tecnología, calidad de atención y flexibilidad nos diferencia del resto, brindando una experiencia única al cliente”, expresó Juan Piantoni, CEO de INGOT.
Vale destacar que esta empresa argentina ofrece un sistema tradicional o uno robotizado; que cuenta con salas de reuniones para los clientes, nueve niveles de acceso, control biométrico de huella, rostro e iris, estrictos protocolos de seguridad, más de cien cámaras y sensores sísmicos y de movimiento.