Bahía César - 25 de Octubre de 2023
Es la primer empresa de la industria en obtener la distinción.
Ingot, empresa dedicada al servicio de alquiler de cajas de seguridad privadas, obtuvo la certificación internacional de «Great place to work» como uno de los mejores lugares para trabajar en la Argentina.
Este programa mide la calidad de la cultura de una organización, basada en forma íntegra en las respuestas de los empleados.
Ingot nació en el 2019 y cuenta con seis sucursales: su casa central, en la avenida Corrientes 629, Buenos Aires, donde se encuentra la única bóveda de arte del país; la ciudad uruguaya de Punta del Este; el barrio Nordelta, en el norte del Gran Buenos Aires; Córdoba; el barrio porteño de Flores; y la ciudad de Quilmes, en el sur del Gran Buenos Aires, y planea expandirse en el 2024 en las ciudades de Mendoza, Rosario, Tandil, Salta y San Carlos de Bariloche, entre otras.
Este año impulsó la fundación de la Cámara Argentina de Empresas de Servicio de Alquiler de Cajas de Seguridad, que reúne a actores de una actividad donde hay unas 50 mil cajas de seguridad privadas, con un crecimiento del 35 por ciento anual.
En referencia a la certificación, Juan Piantoni, presidente y director general ejecutivo de Ingot, destacó que coincidió con el cuarto aniversario de la apertura de su primera sucursal.
Ingot en un negocio en expansión
Las cajas de seguridad no bancarias se consolida porque en los bancos no hay disponibilidad de cajas y muchas de sus sucursales cierran sus puertas.
Se encuentran en países desarrollados en Europa y Asia, además de los Estados Unidos, y en países en desarrollo. En los EEUU el 50 por ciento de las cajas de seguridad están fuera del circuito bancario, señaló Ingot en un comunicado que me envió.
En la Argentina las cajas de seguridad privadas aparecieron en el 2014 y se estima que hay unas 800 mil cajas de seguridad en bancos y más de 50 mil en empresas de resguardo de valores.
Ingot fue la primera empresa en la Argentina de incorporar bóvedas automatizadas, desarrolladas y fabricadas en Alemania por la empresa Gunnebo.
Estas bóvedas pesan 16 toneladas y se fijan a la estructura de la sucursal, tienen sensores sísmicos integrados y están preparadas para ataques con oxicorte, punta de diamante y explosivos.
Tienen un grado de certificación de resistencia antirrobo e incendio superior a las bóvedas tradicionales de hormigón reforzados que cuentan las entidades bancarias.
Esta tecnología se suma a los nueve anillos de seguridad que tienen las instalaciones de Ingot.