INGOT es la principal empresa que, con una inversión de 100 millones de pesos, ofrece este servicio e incorpora tecnologías de vanguardia
Por la recesión y la inestabilidad de la economía, cada vez más personas y empresas eligen erróneamente resguardar sus bienes físicos dentro de sus hogares y oficinas, una práctica que aumenta los riesgos por posibles robos, poniendo en peligro la integridad física de las personas.
La custodia de esos valores, que pueden ir desde bienes monetarios, objetos de valor personal o familiar hasta obras de arte, impulsa el negocio de las cajas de seguridad, y la llegada de empresas privadas que compiten con la banca tradicional en esta actividad.
Ingot, es la principal empresa que con una inversión de 100 millones de pesos ofrece este servicio e incorpora tecnologías de vanguardia.
Ellos señalaron ante iProfesional que «el 2020 fue un año complejo con altibajos, pero hemos podido cumplir con los objetivos comerciales«.
La pandemia del coronavirus «afectó el proceso de apertura de nuevas sucursales por cuestiones de imposibilidad de realizar obras civiles en los tiempos que teníamos previstos», afirmaron desde la empresa.
Sin embargo, «logramos posicionarnos como la alternativa más seria y prestigiosa del mercado y hemos podido generar una fuerte penetración de la marca, lo cual no llena de satisfacción», destacaron.
En INGOT evalúan que «la principal enseñanza» que dejó el 2020 es que «debemos estar preparados para afrontar sucesos que no teníamos previstos inicialmente, adecuar ciertos protocolos y enfocar más aun la comunicación a los canales digitales y no tradicionales.
Más allá de segmentos de mercado específicos a los que apuntarán en 2021, en esta empresa resaltan que su servicio «es demandado por un espectro muy grandes de segmentos».
INGOT intenta modificar el imaginario social que apunta a que el uso de las cajas de seguridad es para unos pocos, concepto que cuando se conoce el costo mensual de una caja, se entiende es erróneo y cuyo valor no supera a tantos otros gastos fijos que un individuo o grupo familiar suelen tener mensualmente.
Sin embargo, siguen con un objetivo claro: «generar un cambio cultural para que las personas dejen de guardar sus valores (en el sentido amplio de la palabra) en sus hogares ‘debajo del colchón’, oficinas o comercios, lugares no preparados para tal fin».
En cuanto al formato clásico de este negocio, desde Ingot informaron que analizan «el desarrollo de una nueva sucursal con servicio clásico» en la Capital Federal.
Donde sí habrá «cambios sustanciales», será en otra modalidad: «a partir de marzo/abril ya lanzamos la primera sucursal i24 by INGOT en el país, con un sistema 100% automatizado, con la máxima seguridad, comodidad y con la posibilidad de que el cliente opere las 24 horas los 365 días del año».
«Realmente un nuevo paradigma en resguardo de valores, servicio que ya tenemos disponible en la Uruguay a través de Ström INGOT en el Hotel Enjoy en Punta del Este», explicaron desde la empresa.
La compañía también tiene previsto para este año el lanzamiento de cuatro nuevas sucursales, ubicadas en el norte, el sur y el oeste del Gran Buenos Aires, junto a otra en el interior del país.
Las oficinas de INGOT se encuentran en la avenida Corrientes, a pocos metros de la esquina con la calle peatonal Florida. Desde la vereda no se observa nada especial que lo distinga de otros edificios de la City porteña.
Ingot tiene allí una superficie de 1.000 metros cuadrados, con cuatro bóvedas, dos de ellas destinadas al resguardo de diversos valores: una para clientes particulares y otra para empresas. En total aloja 2.000 cajas de seguridad, aunque hay espacio para llevar esa cifra a 6.000.
Para diferenciarse de la competencia, las otras dos bóvedas tienen propósitos especiales: el guardado de obras de arte (hasta unas 300); y la custodia de billeteras cripto con el formato de un pendrive para acceder a monedas digitales.
Los bancos en la Argentina y en el mundo no tienen como eje de negocio al guardado de valores sino que apuntan a la transacción y el cobro de comisiones y tasas.
Solo permiten el acceso a las cajas durante las horas de atención del banco, lo que significa que no es posible acceder a los valores guardados fuera del horario bancario o durante los fines de semana, mientras que en Ingot duplican el horario de atención que ofrecen las entidades bancarias.
A diferencia de los bancos, donde las cajas de seguridad es uno más de varios negocios, en INGOT se especializan en alquiler de cajas de seguridad, el único servicio que brinda, por lo que todo el foco y los recursos están destinados a dar el mejor servicio y la mayor seguridad.
INGOT ofrece un horario extendido de lunes a viernes de 9.30 a 18.30 y los sábados de 10.00 a 14.00, además de salas de reuniones cómodas y seguras, que incluyen máquinas contadoras de billetes y servicio de cafetería. Y una cuestión vital: privacidad y confidencialidad, características que los bancos no pueden garantizar en niveles altos, a la luz de las frecuentes «salideras» bancarias. Todo al mismo precio que el promedio del sistema bancario para este servicio.
La instalación de INGOT cuenta con monitoreo las 24 horas, molinetes de alta seguridad, lector de huellas, escáner biométrico de rostro e iris, detectores de movimiento, paredes de acero reforzado en las bóvedas e ingresos, ascensor privado, sala de espera individual, amplias salas de escrituras y vigilancia las 24 horas los 365 días del año. En total son nueve los niveles de accesos. En los bancos hay sólo dos: la puerta de la bóveda y del cofre.
Los plazos de contratación pueden pactarse por unos pocos días, mientras que en los bancos los contratos suelen tener un año mínimo de duración sumado a la falta de disponibilidad.
Para estar a tono con los tiempos, Ingot ofrece una aplicación con un semáforo que indica si hay demora para acceder a las bóvedas y la posibilidad de realizar reservas de salas o cajas a través de la misma.
Para la apertura, los interesados deben acercarse a las oficinas y presentar el documento de identidad y un servicio a su nombre.