Ante la escasez de oferta en bancos, las cajas de seguridad privadas ganan mercado.
La movida baja desde los mercados desarrollados. El servicio de cajas de seguridad privadas comenzó como una tendencia internacional, ya instalada en Europa, Asia y Estados Unidos. El proceso de digitalización de los bancos provocó que empezara a virtualizar sus operaciones, fusionar sucursales y cambiar el formato de atención, por lo que disminuyeron los espacios disponibles. En este rubro, es conocido el caso del Ulster Bank de Irlanda, que se convirtió en la última entidad en abandonar el mercado, pidiendo a sus clientes que vacíen sus cajas.
En América latina, en cambio, el producto no está desarrollado del todo, “Entendemos que hay un gran potencial. Si bien requiere mucho esfuerzo e inversión en posicionar el concepto y general la cultura, es un negocio de ‘confianza’, donde el cliente principalmente debe confiar en la seriedad, profesionalismo y seguridad que le brinda la Institución a la cual le va a depositar sus valores para que sean resguardados”, subraya Juan Piantoni, CEO de INGOT.
Nicho. En Argentina, el servicio parece haberse instalado. Si bien es mayoritariamente ofrecido por entidades bancarias, las empresas privadas encontraron su espacio para ganarse un lugar y vieron en este segmento una posibilidad de potenciar un nuevo nicho de negocios. “Si tomamos el sector bancario actual, donde se calcula que hay oferta por aproximadamente 700 mil cajas de seguridad en la Argentina, nosotros tenemos como objetivo absorber el 10%”, proyecta Piantoni.
“La demanda continúa aumentando como consecuencia del cierre de las sucursales bancarias. Ofrecemos un servicio de resguardo de valores superador en cada vez más lugares de proximidad y estratégicos como son los shoppings, donde lo estamos haciendo con tecnología realmente de vanguardia. Estas sucursales ofrecen una operación robotizada, una experiencia superadora en cuanto a mayor discreción, eficiencia y rapidez. Vamos a completar el año con cinco nuevas sucursales y seguiremos el año próximo invirtiendo en nuevas aperturas, algunas en plazas del interior del país, que estamos terminando de definir”, apunta Carlos Gesino, director general de Hausler.
La empresa, que cuenta con más de 20.000 clientes activos, nació en 2014 “como respuesta a la demanda insatisfecha de servicios diferenciales a los ofrecidos por las entidades bancarias, en las categorías cajas de seguridad y salas”, afirma Ignacio Serrano, gerente de Marketing de la compañía. Hausler inició sus operaciones “con el objetivo de brindar una solución moderna, digital y de alta tecnología en un negocio históricamente tradicional convirtiéndose así en la primera empresa de cajas de seguridad privadas no bancarias que hoy brinda su servicio diferencial a más de 20.000 clientes activos”.
Tecnología. Hausler apoya su operación “en el expertise de los líderes mundiales de la categoría, con quienes desarrollamos alianzas estratégicas”, agrega el ejecutivo. Por ejemplo, cuenta con bóvedas automatizadas desarrolladas por Gunnebo, una compañía de origen sueco, y fabricadas en Alemania, líder mundial en soluciones de seguridad. “Estas bóvedas permiten al cliente operar sin interacción humana, reduciendo los tiempos y las preocupaciones de los clientes, además de acelerar los procesos, aporta discrecionalidad”, se explaya Serrano.
En el caso de INGOT, la empresa fue creada en 2014, por Piantoni, un ex Hausler. “Creamos esta empresa entendiendo que había mucho por desarrollar, incorporando nuevos conceptos (bóvedas automatizadas y bóvedas de arte) en el mercado, siguiendo una tendencia internacional y observando un cambio de la banca tradicional a la banca digital”, asegura.
¿Cuál es el perfil de clientes que demanda este tipo de servicios? Los conocedores del mercado indican que el segmento de usuarios es muy amplio, al tiempo que admiten que la demanda se incrementa en la medida que las entidades bancarias no pueden satisfacer la demanda. “Se está dando un cambio cultural que venimos postulando hace tiempo, sobre la necesidad de resguardar los valores en lugares adecuados. Comerciantes, empresas, ahorristas son tal vez los principales segmentos, donde la mujer ha comenzado a igualar en la toma de decisión frente al hombre, quien históricamente era quien tomaba estas decisiones”, indica Piantoni.
“Nos basamos en diferentes experiencias desarrolladas tanto en Europa como en Estados Unidos, tomando las mejores prácticas, adecuándose a la problemática local, principalmente reforzando los anillos de seguridad e incorporando la mayor innovación en resguardo de valores (bóveda automatizada) que luego la competencia comenzó a replicar”, agrega Piantoni.
Mientras la tendencia apunta a que el sector financiero se digitalice, un nuevo segmento se abre para las empresas que no son del rubro. “Buscamos soluciones nuevas para viejos problemas, estamos ocupando un nuevo mercado que es dejado por los bancos, con una propuesta innovadora para los clientes y ampliamente superior al tradicional producto bancario. Poder abrir tu caja un sábado y tener acceso con datos biométricos son solo algunos ejemplos”, describe Piantoni, referente de este negocio que se sostiene en la confianza.